Los prototipos asociados a hombres que usan el pelo largo son, más o menos, conocidos por todos: los tildan de rockeros, a veces de intelectuales, de hippies, de artistas, en fin.
Lo cierto es que el pelo largo les otorga identidad y rompe con la monotonía del pelo corto.
Los que se atreven a dejar crecer su cabello no pasan desapercibidos, para bien o para mal siempre robarán una mirada.
Este acto de insumisión frente a las normas culturales que implícitamente señalan que el pelo largo es patrimonio de las mujeres, se pone de moda de cuando en cuando.
En los ’60 el hipismo, y en los ’90 el grunge, fueron movimientos que incentivaron a los hombres dejar crecer sus cabelleras.
Hoy no parece haber un movimiento cultural específico ni único que estimule esta tendencia, pero es cosa de darse cuenta que cada día son más y más los que optan por un look de este tipo.
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